Fotografía: Marisol Escamilla, líder del Sindicato Francisco I. Madero en la Ciudad de México
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Marisol Escamilla le responde al enviado anónimo de la “mafia” en funciones. Me persiguen porque estamos construyendo otra opción sindical.

¡Vaya!, ¡vaya!, escribe un sesudo personaje anónimo, en un escrito plagado de mentiras e infundios contra mi persona, Marisol Escamilla, donde se me señala responsable de venta de plazas, enriquecimiento, corrupción y hasta del intento de formar un “auténtico sindicato del crimen”.

El participante quien se acredita como integrante de “Unidos contra la Corrupción Sindical”, el mismo que oculta su nombre y le avergüenza mencionar el apellido de su padre y el de su querida madre, debería sentir pena por él mismo al prestarse a jugar el papel de mercenario, sicario o de “halcón”, cumpliendo órdenes de quienes, precisamente, han convertido al Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México, en una cloaca que debe cambiar para romper ese círculo de beneficio para unos cuantos, desde hace muchos años.

Fotografía: Este documento certifica que César Piña, dirigente de la Sección 4 carece de representación legal

Fotografía: César Piña, dirigente de la Sección 4, el cual no cuenta con registro oficial.

Triste papel el que haces y más débil posición la que adoptas con tu pobreza intelectual al salir presuroso y agitado a defender lo indefendible, porque no se entiende de otra forma que un pago miserable de 30 monedas, te deje conforme por tu infame texto. Por otra parte mucho agradezco tu perversa intención, porque me permite explicar el trabajo que un grupo de compañeras, compañeros y yo a la cabeza estamos haciendo.

Para tu conocimiento no soy una mujer corrupta, soy una luchadora social que llevó más de tres décadas en servicio activo, defendiendo como sencilla delegada sindical causas de castigos injustos, suspensión de horas extras, cambios de adscripción sin previo aviso y otras acciones donde funcionarios de tercer nivel se asumen como capataces o mayordomos para imponer sus sinrazones, como si estuviéramos en el siglo pasado.

Es el caso del Subdirector de Relaciones Laborales y Capacitación René Arturo Bayardo Medrano Ríos Domenzaín de la alcaldía Tlalpan, quien haciendo gala de prepotencia y autoritarismo ordenó a una veintena de mujeres y varones uniformados que con lujo de fuerza me llevarán detenida al Ministerio Público de la Fiscalía territorial, donde permanecí incomunicada, sin abrigo, ni alimentos durante 48 horas, de donde salí por falta de elementos inculpatorios, pero con una averiguación previa por desahogar.

Como antecedente te platico, débil siervo, que antes de que me sacaran de mi oficina, no se me permitió ni siquiera usar el servicio sanitario, bajo la advertencia de ponerme las esposas si me negaba a salir del lugar.

La detención arbitraria, inhumana y violatoria a los principios más elementales, comenzó con el cambio de chapas que ordenó el Subdirector de Relaciones Laborales, el mismo que aprovechó el fin de semana para sacar documentos, dinero en efectivo y otras pertenencias de la oficina, que a la fecha no las puedo recuperar y de lo cual ha sido denunciado.
Como todo estaba preparado, cuando el lunes siguiente llegue a cumplir con mis labores, no pude abrir porque las llaves ya no correspondían a la nueva cerradura y cuando lo seguí intentando, llegó la policía y me subieron por la fuerza a una de las diez patrullas que cuidaban que no escapara como si fuera la peor delincuente criminal, acusada de allanamiento y despojo.

Somos gente de buena voluntad, pero no tan inocentes para saber que César Piña, seudodirigente de la Sección 4 y sus delegados de chocolate, dirigió en contubernio con la autoridad ese operativo ilegal, debido a que tiene sometida a la alcaldesa en turno, aún cuando no cuenta con la Toma de Nota correspondiente, pero si, continúa cobrando las cuotas de los trabajadores en un acto de cinismo y de burla con los trabajadores.

Como es frecuente la alcaldesa Gabriela Osorio guardó silencio, dejando todo el mando a su subordinado, -de sospechosa trayectoria por la que salió huyendo del Municipio de Solidaridad en Quintana Roo-, argumentando que tenía una cita con la Jefa de Gobierno, maestra Clara Brugada Molina, mujer sensible y humana que de estar enterada de lo que ahí ocurre no lo permitiría jamás.

Del flamante Subdirector de Relaciones Laborales te platico brevemente que el Congreso del estado sureño pidió su destitución al ser descubierta su complicidad al pretender adjudicarle a un grupo privado la concesión de agua municipal por 25 años.

Efectivamente, -poco apreciable escribiente anónimo-, mi caso y el de otros vulnerables trabajadores, son los que mueven nuestras intenciones de buscar otras alternativas y para lograrlo hemos conformado la naciente organización Sindicato Francisco I. Madero, con el pleno conocimiento de las autoridades laborales; por ese pecado capital me persiguen esos líderes a los que tu obedeces.

Pero quiero decirte claramente y a grito abierto para que lo escuchen bien: No soy de esos líderes sin escrúpulos, que tu conoces bien, que traicionan e intentan formar sus propios sindicatos para tratar de mantener su poder político y económico. Yo Marisol Escamilla García, estoy lejos de ser quien mediante la corrupción y la traición pretende escalar posiciones dentro del sindicato. Esos ejemplos de los que hablas, están junto a ti, no me digas que no te das cuenta.

Para lograr nuestro propósito, te cuento que tenemos reuniones frecuentes para afinar detalles del proceso de transformación de nuestro querido sindicato, en una casa cercana a la alcaldía que nos presta un amigo periodista, un profesional de la información con mucha experiencia y que conoce muy bien la trayectoria de quienes te están comprando tu dignidad y reducido valor civil.

En cada reunión se consume pan, café, jugo y a veces unas sabrosas garnachas que se preparan al final de las juntas, con la cooperación de todos los asistentes. Aquí no hay grandes cuentas, ni restaurantes de lujo, sólo pocos recursos, pero propios de los que nos desprendemos con gusto persiguiendo nuestro sueño de ver un cambio en este sindicato tan vilipendiado y saqueado por unos cuantos que se han vuelto millonarios, comprando pisos completos en los millonarios edificios de Santa Fe y contratando choferes para que manejen sus camionetas del año.

¿Quieres un dato adicional de la pobreza extrema de como viven tus sufridos dirigentes? Pregúntale a tu apocado representante actual donde están los 100 millones que le dieron para repartir a todos los agremiados, si es que acaso te dejan abrir la boca, si no es así, aquí te lo iremos contando más adelante.

Nosotros no contamos con chequeras y menos con depósitos en paraísos fiscales, sólo tenemos nuestro pago quincenal y con muchos sacrificios alentamos el ideal de conseguir mejores condiciones de vida y trabajo, especialmente de aquellos que sortean toda serie de obstáculos y dificultades para mantener viva, ágil y dinámica a esta grandiosa Ciudad de México que bien encabeza la maestra Clara Brugada.

Te reto a que me compruebes y a mi “pandilla”, como tú le llamas a mi honesto equipo de trabajo un solo caso de venta de plazas. Y si te atreves a dar la cara, debilucho ser de conciencia, pongo a disposición pública comprobantes de pago, manejo de tarjetas y mi cuenta de ahorros. Seguro te vas a decepcionar.

Por último te dejo una tarea. Pregúntale a tus “dioses”, si ellos pueden hacer lo mismo. Y si no te atreves, un favor, no dejes que te acerquen un plato de comida que les sobra, por muy cara que ésta sea.

Si no estás conforme con mi explicación, mírate al espejo y no te decepciones de lo que veas.
Nosotros aquí seguiremos tocando puertas en busca de voluntades de cambio.


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