En un hecho sin precedentes que sacude al ámbito político nacional, el Partido Acción Nacional (PAN) decidió cortar de raíz cualquier sombra de deslealtad: Miguel Ángel Yunes Linares, exgobernador de Veracruz, y su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, han sido expulsados del partido de manera unánime por la Comisión de Orden.
La polémica decisión llega tras la participación de los Yunes en la aprobación de la Reforma Judicial, un movimiento calificado por muchos dentro del blanquiazul como una “puñalada” a los principios del PAN. Los votos de ambos fueron determinantes para alcanzar la mayoría calificada en el Senado, desatando una crisis de confianza que ahora los deja fuera de la institución que una vez les dio poder y prestigio.
“La expulsión de los Yunes no es solo una sanción, es un acto de defensa de nuestra esencia. El PAN no tolerará traiciones ni acciones que violenten los valores que representamos”, afirmó con firmeza Marisol Vargas Bárcena, presidenta de la Comisión de Orden.
El comunicado oficial deja claro que el partido busca preservar su integridad y enviar un mensaje contundente a quienes intenten fracturar su unidad.
“Esta medida es un hito en nuestra lucha por garantizar que el PAN siga siendo un referente de principios y compromiso con México”, subrayó Vargas Bárcena.
La salida de los Yunes marca una página oscura en la historia política del partido y un parteaguas en su estrategia hacia el futuro. Con este golpe de autoridad, Acción Nacional se muestra implacable contra quienes pongan en riesgo su identidad.
En el centro de la controversia, los Yunes pasan de ser figuras clave del PAN a protagonistas de su propio exilio político.