Betzabeth Martínez Gutiérrez, originaria de la comunidad indígena zapoteca en Santiago Matatlán, Oaxaca, y egresada de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, fue seleccionada para participar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, convirtiéndose en un referente para las comunidades indígenas en temas ambientales.
“No imaginaba que lo lograría, fueron muchos sentimientos encontrados, desde felicidad hasta miedo, porque es un reto representar a México”, expresó emocionada al recibir la noticia de haber ganado la beca. Para ella, ser mujer y ser indígena significa enfrentar una doble resistencia, sobre todo al intentar acceder a una educación universitaria y salir de su comunidad.
Betzabeth había soñado con esta oportunidad desde hace tiempo. Después de un largo proceso de selección que comenzó en enero, recibió la noticia a la 1:30 de la mañana en marzo de este año. De los 12 jóvenes latinoamericanos seleccionados, ella fue la única mexicana en recibir esta beca.
La beca le permite asistir como observadora a las conferencias sobre el cambio climático. La primera se realizó del 3 al 13 de junio en Alemania, y la segunda será del 11 al 22 de noviembre en Azerbaiyán. El objetivo es que los jóvenes seleccionados puedan participar en las discusiones sobre las negociaciones climáticas y enfocarse en temas como el impacto del cambio climático en las comunidades indígenas y afrodescendientes, quienes son los más afectados por sus consecuencias.
Durante la conferencia, los 12 jóvenes se dividen en equipos para seguir de cerca las negociaciones internacionales sobre financiamiento climático. Aunque no pueden participar directamente en las negociaciones, tienen la oportunidad de pronunciar discursos. Betzabeth abordó temas de justicia climática y la vulnerabilidad de los pueblos indígenas frente al cambio climático. Su papel, destacó, es visibilizar a estos grupos en los espacios internacionales.
Betzabeth explicó que las comunidades indígenas enfrentan las consecuencias más directas del cambio climático, ya que están profundamente vinculadas a la naturaleza. Las mujeres, en particular, son las primeras en experimentar los efectos, debido a su rol histórico como parteras, curanderas y productoras de mezcal, una bebida que ha ganado reconocimiento nacional e internacional. Sin embargo, esta producción enfrenta una crisis, ya que el exceso de agave y las sequías recientes han generado dificultades en la industria, afectando gravemente a las comunidades.
Este año, varias zonas del Valle Central de Oaxaca sufrieron incendios forestales, agravados por la sequía. Betzabeth lamentó que algunas personas perdieron la vida intentando sofocarlos, y que muchas especies de plantas y animales, algunas en peligro de extinción, fueron devastadas.
Betzabeth recordó que su sueño desde pequeña era estudiar en la UNAM, y cuando logró ingresar, se convirtió en la primera mujer universitaria de su familia. Junto a su hermano, quien estudió Administración Pública, ambos lograron cumplir sus metas educativas. Para ella, la UNAM representa una institución que ofrece valores, herramientas y oportunidades para formar líderes, y agradece que la educación que recibió allí la haya llevado a la Conferencia de las Naciones Unidas.
Actualmente, Betzabeth trabaja en el rescate de su lengua indígena y tiene un proyecto a largo plazo para empoderar a las comunidades en la producción y comercialización del mezcal, tanto a nivel nacional como internacional. También agradece profundamente a sus padres, quienes la apoyaron desde que dejó su comunidad para estudiar en la Ciudad de México.
“Mis padres me dieron las mismas oportunidades que a mis hermanos, y la mujer que soy hoy es gracias a ellos”, concluyó orgullosa.