Después de dos semanas de angustia, Jennifer Fernanda Camacho Osobampo, de 15 años, fue localizada con vida en Puebla. La menor desapareció el 29 de enero en Tijuana, Baja California, y las investigaciones apuntaban a que había sido sustraída con engaños por Óscar Avalino “N”, un hombre de 37 años cercano a su familia.
Desapareció tras la supuesta confianza de su padre
Desde el momento en que Jennifer fue reportada como desaparecida, sus familiares y las autoridades iniciaron una búsqueda desesperada. Al revisar sus conversaciones, surgió un inquietante hallazgo: Óscar Avalino “N”, un amigo de su padre que incluso vivía en su casa, habría manipulado a la menor para convencerla de escapar con él.
El hombre, en quien la familia confiaba plenamente y a quien el padre de Jennifer le había dado hospedaje en su hogar, presuntamente la convenció de acudir a la Central Camionera de Tijuana, donde logró llevársela sin dejar rastro.
Operativo en Puebla: la clave para el rescate
La colaboración entre la Fiscalía de Baja California y la Fiscalía de Puebla fue clave para dar con su paradero. Tras una intensa investigación, las autoridades ubicaron a Jennifer en una vivienda en Puebla, donde también se encontraba su captor.
Durante el operativo, agentes de seguridad lograron detener a Óscar Avalino “N”, quien de inmediato fue puesto a disposición de las autoridades para determinar su situación legal. Mientras tanto, Jennifer fue resguardada y recibió atención especializada por parte de expertos en protección infantil.
¿Qué sigue para Jennifer y su familia?
Hasta el momento, no se han revelado detalles sobre las condiciones en las que fue encontrada ni sobre su estado de salud. Sin embargo, se espera que en las próximas horas pueda reencontrarse con su familia tras el angustiante episodio que mantuvo en vilo a sus seres queridos.
El caso de Jennifer ha generado indignación y pone nuevamente sobre la mesa la importancia de la protección de menores frente a los peligros de la manipulación en redes sociales y la traición de quienes deberían ser figuras de confianza.