Fotografía: Especial
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Ciudad de México. El pasado 8 de noviembre de 2024, el mundo de las letras y la historia perdió a una de sus figuras más destacadas. Ernestina Sodi Miranda, historiadora, escritora y periodista mexicana, falleció a los 64 años en la Ciudad de México. Aunque la causa oficial de su deceso no ha sido confirmada por su familia, el periodista Gustavo Adolfo Infante informó que complicaciones por la ruptura de la aorta habrían desencadenado dos infartos que la mantuvieron en terapia intensiva. Su hija, la actriz Camila Sodi, confirmó la noticia a través de redes sociales con un mensaje lleno de amor y gratitud hacia su madre.

Una vida dedicada al arte, las letras y la resiliencia

Nacida el 24 de julio de 1960, Ernestina Sodi fue hija del criminólogo Ernesto Sodi Pallares y de la publicista Yolanda Miranda Mange. Estudió Historia del Arte en el Instituto de Cultura Superior y Letras Modernas en la Universidad Iberoamericana, donde alcanzó la candidatura al doctorado. Su carrera literaria dejó un importante legado, destacándose obras como “Líbranos del mal” (2006), en la que narró el secuestro que vivió junto a su hermana Laura Zapata. También abordó temas sociales y humanos en libros como “Los cerezos negros” (2011), que denuncia la trata de personas, y “Águeda. La última mariposa de papel” (2012), una novela sobre las relaciones humanas.

Además, incursionó en el modelaje, siendo coronada como Señorita Distrito Federal en 1977 y representando a la capital en el certamen nacional Señorita México.

Relaciones familiares marcadas por el amor y la adversidad

En su vida personal, Ernestina estuvo casada con el periodista Fernando González Parra, con quien tuvo dos hijas, Camila y Marina. La relación madre e hija con Camila fue especialmente cercana y emotiva, algo que la actriz ha destacado en numerosos mensajes en redes sociales tras su fallecimiento. Por su parte, Marina, de perfil más reservado, ha respaldado a su hermana en estos momentos de duelo.

La escritora también tuvo una relación especial con su hermana Thalía, quien en octubre solicitó donadores de sangre para apoyar a Ernestina durante su hospitalización. No obstante, la relación con su media hermana Laura Zapata estuvo marcada por altibajos. Aunque ambas compartieron el traumático secuestro en 2002, diferencias surgidas tras la publicación de “Líbranos del mal” tensionaron su vínculo. Pese a ello, Laura mostró públicamente su preocupación por la salud de Ernestina en sus últimos días, sugiriendo una reconciliación.

Un legado que trasciende

Ernestina Sodi deja una huella imborrable en la literatura mexicana y en la lucha por visibilizar temas sociales como la violencia y la trata de personas. Su legado perdura a través de sus obras y el impacto que tuvo en la vida de quienes la rodearon. Su partida representa una gran pérdida para el ámbito cultural y literario del país.


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