Fotografía: Juan Ortiz Mx
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En una comparecencia cargada de tensión, el Senado se convirtió en un campo de batalla verbal entre Rosario Piedra, presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), y el senador Ricardo Anaya. Los cuestionamientos de Anaya se centraron en tres temas polémicos: la legitimidad de la elección de Piedra, la militarización del país y la prisión preventiva oficiosa.

“No recuerdo el número de votos”

Anaya abrió fuego preguntando a Piedra si recordaba el número de votos que la llevaron a la presidencia de la CNDH en 2019. Piedra, visiblemente incómoda, respondió que no lo recordaba, pero defendió la legitimidad del proceso al señalar que “perdieron los amparos” quienes impugnaron su elección. Anaya no tardó en rebatir: “Usted fue electa mediante un fraude”, sentenció, recordándole que había sido electa con 76 votos, en una votación que reunió a 116 personas, donde la mayoría calificada requerida era de 114.

”No hay militarización”

El senador continuó su arremetida cuestionando la postura de Piedra sobre la militarización. Ella negó vehementemente que México esté militarizado, argumentando que “las Fuerzas Armadas siguen dependiendo de un mando civil” y que los abusos ocurrieron durante la guerra contra el narcotráfico de Calderón. Anaya, sin embargo, subrayó las contradicciones, especialmente considerando la reciente militarización de la Guardia Nacional. La afirmación de Piedra de que “No existe militarización” provocó murmullos y reacciones en el Senado.

Prisión preventiva oficiosa

El tercer y último tema abordado fue la prisión preventiva oficiosa. Anaya cuestionó la inacción de Piedra y la CNDH al no presentar una acción de inconstitucionalidad contra esta medida. Piedra se defendió argumentando que la CNDH solo puede actuar contra leyes y no contra decretos. La oposición no quedó satisfecha y acusó a la presidenta de la CNDH de pasividad en un tema crucial para los derechos humanos.

La comparecencia se cerró con un Senado dividido y caldeado. Anaya, con su estilo directo y combativo, dejó claro que para él, la presidencia de Rosario Piedra está manchada por la ilegitimidad y la inacción. Piedra, por su parte, insistió en la legitimidad de su elección y su compromiso con los derechos humanos, aunque las dudas y acusaciones persisten.


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