Este 30 de agosto de 2024, Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo, ha sido liberado tras cumplir 21 años de prisión en Estados Unidos. Capturado en México en 2003 y extraditado al país vecino, Cárdenas Guillén se declaró culpable en 2009 de cinco cargos relacionados con el narcotráfico, incluyendo tráfico de cocaína y mariguana, lavado de dinero y amenazas contra agentes federales estadounidenses.
En 2010, la jueza federal Hilda G. Tagle lo sentenció a 25 años de prisión. Sin embargo, su condena fue reducida, considerando el tiempo que pasó detenido en México y su buen comportamiento en prisión, lo que le permitió salir en libertad este 30 de agosto del Centro Penitenciario de Alta Seguridad de Terre Haute, en Indiana.
Durante su audiencia de sentencia, Cárdenas Guillén expresó su arrepentimiento: “Me disculpo con mi país, México, con Estados Unidos, mi familia, mi esposa, especialmente, mis hijos, por los errores que he cometido. Creo que el tiempo que he pasado en prisión he reflexionado y me he dado cuenta del mal comportamiento que he tenido y de verdad estoy arrepentido. También me disculpo con todas las personas que herí directa e indirectamente”.
Ahora, el futuro de Cárdenas Guillén queda en manos de las autoridades estadounidenses, quienes deberán decidir si será deportado a México, donde enfrenta cargos por crimen organizado y tráfico de drogas, o si se le permitirá permanecer en Estados Unidos bajo libertad supervisada. También podría acogerse al programa de testigos protegidos, lo que implicaría una nueva identidad y protección dentro del país. La liberación de uno de los narcotraficantes más notorios de México plantea interrogantes sobre las implicaciones para la seguridad en ambos lados de la frontera.