Temixco, Morelos, 30 de abril de 2025 — Nueve años atrás, ardía en el suelo tras el impacto de un lanzacohetes del Cártel Jalisco Nueva Generación. Tenía quemaduras en el 70% del cuerpo, los huesos rotos y el alma desgarrada por la muerte de sus compañeros. Ese día, en 2015, le dijeron que sería padre y se aferró a la vida para conocer a su hijo. Ayer, Iván Morales Corrales fue asesinado a balazos en una calle de Temixco.
Morales, entonces suboficial de la Policía Federal, fue el único sobreviviente del ataque al helicóptero militar Cougar que transportaba a fuerzas de élite para capturar a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”. El operativo en Villa Purificación, Jalisco, terminó en tragedia: nueve agentes murieron. Él se arrastró en llamas, se despojó del chaleco antibalas para apagar el fuego y sobrevivió.
Ejecutado en Morelos
El miércoles 30 de abril de 2025, Iván Morales fue atacado por sujetos armados que le cerraron el paso con una camioneta blanca tipo Urban mientras circulaba con una mujer en una pickup negra. Sin darle oportunidad de escapar, les dispararon hasta quitarles la vida. Los agresores abandonaron el vehículo y, presuntamente, las armas utilizadas en el lugar.
Paramédicos acudieron al sitio, pero ya no había nada que hacer. Ambos cuerpos yacían sin vida. Hasta el momento, no hay detenidos. Las autoridades investigan si el crimen tuvo relación con su pasado como elemento de la extinta Policía Federal o con su vínculo con el operativo contra El Mencho.
Una persecución sin respuestas
Horas después, en Tezoyuca, se desató una persecución entre fuerzas de seguridad y cuatro motociclistas que huyeron rumbo al aeropuerto de Morelos. La movilización terminó en la colonia Miguel Hidalgo, donde las motos fueron halladas abandonadas. No hubo detenidos ni pistas sobre los responsables.
Un héroe olvidado
Tras su recuperación, Iván Morales fue condecorado por el expresidente Enrique Peña Nieto con el Mérito Policial de Primera Clase. Sin embargo, con el paso de los años, fue relegado. A pesar de haber sido testigo clave en uno de los ataques más emblemáticos del CJNG, vivía sin escoltas, sin protección y, según reportes, sin apoyo institucional.
Su historia representó durante años la resistencia, el sacrificio y la capacidad de aferrarse a la vida. Hoy, su ejecución se suma a la larga lista de tragedias que demuestran que, en México, ni los héroes están a salvo.