Uno de los cohetes Starship de SpaceX, financiados con dinero de los contribuyentes, explotó nuevamente durante su más reciente prueba de vuelo, sumándose a una larga lista de fallos en el ambicioso proyecto de Elon Musk.
El incidente ocurrió durante la fase de ascenso, cuando el vehículo experimentó lo que SpaceX describió como una “desintegración rápida no programada”, perdiendo contacto con la nave. De inmediato, la empresa aseguró que su equipo comenzó a coordinarse con las autoridades de seguridad para ejecutar los protocolos de contingencia previamente planificados.
Este nuevo fracaso reaviva el debate sobre la cantidad de recursos públicos destinados a SpaceX y sus constantes problemas técnicos. Los críticos señalan que todo lo que Musk toca parece explotar, incendiarse o estrellarse, haciendo referencia no solo a sus proyectos espaciales, sino también a su historial con empresas como Tesla y a su cercanía con la administración de Donald Trump.
BREAKING: Another one of Elon Musk’s taxpayer-funded Starship rockets just exploded—AGAIN.
How many billions are we wasting on this failure factory?
Everything Musk touches blows up, catches fire, or crashes—including the Trump Administration. pic.twitter.com/40kXk8NpNy
— Chris D. Jackson (@ChrisDJackson) March 7, 2025
Por su parte, SpaceX mantiene su postura de que cada fallo es una oportunidad de aprendizaje. “Revisaremos los datos del vuelo de hoy para comprender mejor la causa raíz”, afirmó la empresa en un comunicado, asegurando que este evento aportará información valiosa para mejorar la confiabilidad de Starship.
Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿cuántos miles de millones más deberán invertirse antes de que Starship logre un éxito definitivo?