En un emotivo mensaje dirigido al entonces presidente Donald Trump, la obispa Mariana Edgar Budde hizo un llamado a la compasión, enfatizando la necesidad de protección para las comunidades vulnerables en Estados Unidos.
Con voz firme y un mensaje cargado de empatía, la obispa Mariana Edgar Budde apeló a la humanidad del presidente Donald Trump, solicitando misericordia y acciones en favor de las personas más desprotegidas. Durante su intervención, Budde destacó que millones habían depositado su confianza en el mandatario, recordándole su propia declaración sobre la “mano providencial de un Dios amable”.
“El nombre de Dios nos llama a tener compasión”, expresó Budde, mientras subrayaba el temor creciente que enfrenta la población LGBTQ+ en el país, especialmente niños y adolescentes de familias demócratas, republicanas e independientes. “Algunos temen por sus vidas”, alertó.
Además, enfatizó la difícil situación de los inmigrantes que, aunque carecen de documentación, contribuyen significativamente a la sociedad estadounidense: desde la agricultura y la limpieza de oficinas hasta su trabajo en hospitales y restaurantes. “La mayoría no son criminales. Pagan impuestos, son buenos vecinos y miembros devotos de iglesias, mezquitas y templos”, afirmó.
La obispa también pidió empatía hacia los hijos de inmigrantes que viven con el constante miedo de ser separados de sus padres y abogó por un trato digno hacia quienes huyen de guerras y persecuciones en sus países de origen.
Con este mensaje, Budde instó al gobierno de Trump a abrir un camino hacia la compasión y la solidaridad, recordando la responsabilidad de Estados Unidos como un refugio para quienes buscan esperanza y protección.
Este poderoso discurso sigue resonando en una época marcada por tensiones sociales, ofreciendo un recordatorio de la importancia de la empatía en la toma de decisiones políticas.