Este viernes 11 de octubre , permisionarios del Sitio 300 acudieron a las oficinas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para exigir una aclaración sobre un supuesto adeudo que las autoridades del aeropuerto insisten en cobrarles, pese a que, según los afectados, han cumplido con todas sus obligaciones de pago. Sin embargo, la situación ha tomado un giro inesperado que ha encendido las alarmas entre los involucrados.
De viva voz, los permisionarios revelaron que una teniente de la Marina, encargada de la seguridad en el aeropuerto, ha difundido entre ellos que el Sitio 300 está en quiebra y que deberían trasladarse a otro sitio de taxis, Porto Taxi, bajo la promesa de obtener beneficios exclusivos. Según los testimonios, Pantoja, líder de este nuevo sitio, les ofreció cubrir al menos la mitad de la deuda que supuestamente tienen con el aeropuerto, e incluso financiarles un vehículo nuevo, lo que ha generado sospechas de posibles tratos irregulares para desplazar al Sitio 300.
“Nos están sugiriendo que abandonemos nuestro sitio para unirnos a Porto Taxi con promesas de ayuda financiera, pero eso sólo refuerza la idea de que están usando tácticas oscuras para sacarnos del negocio”, denunció uno de los permisionarios.
Los afectados insisten en que ya han pagado la contraprestación y demás conceptos correspondientes, y que la deuda recae sobre la administración del Sitio 300, no sobre los conductores. A pesar de ello, afirman que el aeropuerto continúa señalándolos como deudores y amenazando con detener sus trámites si no saldan el supuesto adeudo.
“Queremos que el director del aeropuerto cumpla con su palabra de marino y nos reciba para aclarar esta situación. No somos deudores, la que debe es la entidad moral”, reclamó José Pedro Ortiz Sosa, representante de los socios fundadores del Sitio 300.
Mientras tanto, el conflicto parece profundizarse con estas nuevas revelaciones, lo que podría derivar en mayores tensiones si no se resuelve de manera justa y transparente. Los permisionarios del Sitio 300 esperan que la intervención del director del AICM ponga fin a lo que consideran una serie de acusaciones infundadas y maniobras oscuras que buscan desplazar a un sitio histórico del aeropuerto.