Fotografía: CANAL DEL CONGRESO | ESPECIAL
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Al coro de “Presidente,presidente” los senadores de MORENA, aliados y Márquez Yunes o como la oposición le conoce, el traidor a la patria, aprobaron la reforma al poder judicial en lo particular y pasa a congresos locales para su aprobación

En una intensa sesión que se extendió por más de 16 horas y en medio de protestas, el Senado de la República aprobó la controvertida reforma al Poder Judicial impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Con 86 votos a favor y 41 en contra, la mayoría oficialista, integrada por Morena y sus aliados, logró la mayoría calificada necesaria para sacar adelante esta reforma que permitirá la elección de jueces, magistrados y ministros mediante el voto popular.

Uno de los aspectos más comentados de la sesión fue la participación del panista Miguel Ángel Yunes Márquez, quien, al votar a favor de la reforma, rompió con la postura de su partido, generando acusaciones de traición por parte de la oposición. La decisión de Yunes Márquez fue clave para alcanzar los votos necesarios y asegurar la aprobación del llamado “Plan C” del presidente López Obrador.

Durante la sesión, la oposición denunció la ausencia del senador de Movimiento Ciudadano, Daniel Barrera, quien no pudo participar en la votación debido a lo que calificaron como un “secuestro judicial”. Barrera, desde Campeche, justificó su ausencia alegando que debía atender una diligencia relacionada con su padre, lo que provocó nuevas críticas y teorías sobre las verdaderas razones de su inasistencia.

La reforma, que ahora será enviada a los congresos estatales para su ratificación, incluye cambios sustanciales como la creación de un Tribunal de Disciplina Judicial y la implementación de jueces sin rostro, además de centralizar más poder en el Ejecutivo. Estos puntos fueron duramente criticados por la oposición, quienes consideran que la reforma representa un golpe al Poder Judicial y atenta contra la independencia de los jueces.

A pesar de la resistencia y las 60 reservas presentadas por los partidos de oposición, todas fueron rechazadas en bloque por la mayoría oficialista. Los senadores de Morena, como Andrea Chávez y Lucía Trasviña, aprovecharon sus intervenciones para acusar a la oposición de “traidores a la patria” y defender la reforma como un acto de justicia social.

La reforma judicial ha sido considerada por muchos como un proyecto clave para la administración de López Obrador, y su aprobación en el Senado se da a escasas semanas de que el mandatario deje el cargo. El siguiente paso será su revisión por los congresos estatales, donde se espera que la mayoría afín al presidente asegure su promulgación antes de las celebraciones patrias.

Los senadores de la 4T celebraron la aprobación con aplausos y vítores, consolidando así uno de los cambios más polémicos y trascendentales en el sistema judicial mexicano en las últimas décadas.


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