Crédito: Cuenta de X de los Diablos Rojos
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La espera terminó! Después de una década de frustración, los Diablos Rojos del México regresaron con furia para conquistar la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), destrozando a los Sultanes de Monterrey por 4 carreras a 1 y coronándose campeones en una Serie del Rey que quedará en la memoria de todos.

En un Estadio Mobil Super repleto de tensión, los capitalinos no perdieron tiempo y desde el primer instante mostraron su hambre de victoria. José Marmolejos desató la euforia en la primera entrada con un poderoso jonrón entre los jardines izquierdo y central, impulsando tres carreras que pusieron de pie a los aficionados escarlatas. Franklin Barreto y Robinson Canó cruzaron el plato con la seguridad de quienes sabían que este era su momento.

Pero la embestida de los Diablos no terminó ahí. Julián Ornelas, con la serenidad de un veterano, conectó un sencillo al jardín derecho, enviando a Juan Carlos Gamboa directo al home. Los Diablos habían encendido el fuego, y el pitcheo regiomontano se desmoronó bajo la presión.

El dominio de los Rojos fue absoluto. Los Sultanes, un equipo que llegó a la final con la esperanza de añadir otro trofeo a su vitrina, se encontraron atrapados en una pesadilla. Durante 29 entradas consecutivas, la ofensiva regiomontana fue incapaz de anotar, quedando a merced de un pitcheo escarlata que no dio tregua.

El estadounidense Brooks Hall mantuvo a raya a los Sultanes durante la mayor parte del juego, antes de ceder la batuta al japonés Tomohiro Anraku, quien puso el candado a una serie que los Diablos ya tenían en el bolsillo. Aunque Asael Sánchez logró un destello de esperanza para los regiomontanos al final, la historia ya estaba escrita.

Con esta victoria, los Diablos Rojos no solo rompieron una sequía de diez años, sino que lo hicieron con una contundencia que dejó a sus rivales sin respuestas. Los Sultanes, que llegaron a la final como campeones de la Zona Norte, regresarán a casa con más preguntas que respuestas tras una actuación que no estuvo a la altura de su historia.

Este título marca el regreso triunfal de los Diablos Rojos al trono del béisbol mexicano, y lo hicieron a lo grande, aplastando a sus eternos rivales en una Serie del Rey que será recordada como una de las más emocionantes y dominantes de la historia reciente.


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