El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que la Reforma al Poder Judicial representa un primer paso esencial para instaurar un verdadero Estado de derecho en México, alejándose de lo que él describe como un “estado de chueco y de cohecho”. Según López Obrador, la actual situación jurídica del país no garantiza justicia verdadera debido a la corrupción y manipulación dentro del sistema.
El mandatario acusó a las élites de utilizar a jueces, magistrados y ministros para defender sus intereses y oponerse a la propuesta de que el pueblo elija a los integrantes del Poder Judicial. Según sus palabras, estas fuerzas están promoviendo la idea de que dicha reforma generaría inestabilidad política y económica, y que su objetivo es controlar los tres poderes del Estado para instaurar un régimen autoritario.
López Obrador subrayó que, a diferencia de sus predecesores, quienes durante siglos controlaron el Poder Judicial, su gobierno ha logrado una independencia sin precedentes de este poder, comparable únicamente con la época de Benito Juárez. Reiteró que la reforma debe implementarse de manera gradual, comenzando con la elección popular de jueces, magistrados y ministros, lo cual considera como el primer paso fundamental en este proceso.