EN TLALPAN FRENAN, DETIENEN Y HUMILLAN A LIDERESA SINDICAL
En la realidad continúan prácticas brutales en la vida familiar e innumerables centros laborales. Marisol Escamilla, una víctima más.
A 50 años de su promulgación, el 8 de marzo, mundialmente reconocido como el Día Internacional de la Mujer, representa un momento para reflexionar sobre los avances en materia de igualdad, impulsar más cambios y reconocer el papel clave que desempeñan, pero en la realidad continúan las vejaciones, golpes, marginación y asesinatos en la vida familiar y en innumerables centros laborales.
De estas acciones brutales, acoso y violencia de género, no escapa la represión que de manera cotidiana se ejerce en la alcaldía Tlalpan, donde funcionarios de tercer nivel ejercen conductas inadmisibles contra las mujeres.
La más reciente fue en contra de la dirigente sindical, Marisol Escamilla García quien fue detenida y recluida en una de las celdas de la Fiscalía General de Justicia territorial por órdenes del Subdirector de Relaciones Laborales y Capacitación René Arturo Bayardo Medrano Ríos Domenzain.
Convertido en alcalde tras el trono, por la impunidad con que opera, con toda la libertad y autorización de su titular, Gabriela Osorio, este individuó ordenó a un numeroso grupo de policías que se la llevarán al Ministerio Público.
Marisol, todavía al intentar pasar a los sanitarios de la que había sido su oficina por años, se lo impidieron y la introdujeron con violencia brutal a una patrulla, mientras este tipo le gritaba a los uniformados, ¡póngales las esposas!, ella no tiene derecho a nada. ¡Aquí mando yo!
Como si fuera una criminal consumada, la dirigente de la organización naciente denominada “Sindicato Francisco I. Madero de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México”, permaneció incomunicada tras las rejas, prohibiendo que le pasaran alimentos, ni siquiera pan y café.
En el extremo del trato vejatorio, cerca de la medianoche, sus compañeros de trabajo intentaron pasarle un suéter, pero antes de pasar el filtro tuvieron que cubrir un “moche” de 600 pesos.
En la lista de irregularidades que brotaron en el curso de su detención, doce horas después no le habían comunicado los cargos presuntamente cometidos.
Hasta el día siguiente fue enterada que estaba acusada por despojo, dejando al descubierto la abierta intervención de autoridades en la vida sindical, en complicidad con el viejo dirigente de la Sección 4, Cesar Piña, quién ordena, decide y se apropia de las cuotas de los agremiados, sin tener derecho a hacerlo porque ya no tiene representación alguna.
Al respecto, el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, comunicó mediante oficio firmado por el Magistrado Presidente, José Luis Rodríguez Diaz de León que dará paso a la revisión de la vigencia de su Toma de Nota que venció el 15 de marzo de 2022, quedando acéfalo el Comité Ejecutivo de la sección 4, al no convocar en tiempo y forma a elecciones dentro de dicha sección demandada.
La demanda en contra de Cesar Piña hizo notar al TFCA graves omisiones en su intento de reelegirse.
* No renunció antes de la elección para poder competir por la misma sección 4.
* El sindicato demandado debió de constituirse en Directorio para poder convocar a elecciones.
* No podía ser candidato a secretario general y firmar la convocatoria como secretario general.
* El secretario general no puede ser juez y parte en el proceso electoral.
* El estatuto del sindicato es nulo de pleno derecho en virtud que la participación de la FSTSE carecía de legitimación.
* Los demandados lanzaron una convocatoria sin firma alguna, por significar un anónimo sin validez alguna.
Respecto a la detención a todas luces humillante y arbitraria de Marisol Escamilla ocurrió que cuando sus ejecutores se dieron cuenta del absurdo proceso, el seudo cacique de Tlalpan, le exigió al MP con palabras altisonantes que acelerara su salida. El representante de la justicia intentó explicar que no estaba concluido el proceso legal, pero tuvo que acceder por los gritos y amenazas que le profirió el influyente funcionario tlalpense, quien arrastra un negro historial de corrupción, extorsión y complicidad.
La detención de Escamilla García, partió desde una óptica equivocada que tuvo como antecedentes, el allanamiento de sus oficinas, rompiendo chapas y sustrayendo documentos y valores.
Como consecuencia de su actuación se presentó una denuncia por despojo y robo de documentos en contra del subdirector de Relaciones Laborales, pero en respuesta el funcionario respondió con lujo de violencia procediendo a su detención, cuando la mujer intentó entrar a su oficina para verificar que había sido saqueado.
Fue en ese momento cuando fue detenida, acusada de despojo.
Cabe señalar que junto con esta osadía, hay múltiples quejas de los sindicalizados al obstaculizar las labores de trabajadoras y trabajadores, suspendiéndoles pagos, cancelando derechos y cambiando al personal sin previo aviso.
Bayardo, lejos de cumplir con su función conciliadora con los trabajadores, mantiene en tensión las relaciones laborales con el personal sindicalizado, situación que se agrava por el acomodo que está haciendo de personal subordinado, acusado de acoso y violencia de género.
En todo este contexto, la única culpa que por años se le puede imputar a Marisol Escamilla, es su permanente condición de defensora de los legítimos derechos de los trabajadores.