El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anunció este martes que el gabinete de seguridad ha aprobado un alto el fuego de 60 días con Hizbulá en Líbano. Sin embargo, dejó claro que Israel se reserva el derecho de actuar militarmente si el grupo militante viola los términos del acuerdo.
“La duración del alto el fuego dependerá de lo que ocurra en Líbano, y nosotros mantendremos total libertad de movimiento”, declaró Netanyahu en una comparecencia que subrayó la cautela del gobierno israelí ante las complejidades del conflicto.
El acuerdo, que busca desescalar la tensión tras semanas de enfrentamientos, llega como resultado de la mediación internacional. Sin embargo, el primer ministro enfatizó que cualquier provocación por parte de Hizbulá será respondida de manera contundente.
Este pacto temporal ofrece un respiro para las comunidades afectadas en el sur del Líbano y en las zonas fronterizas de Israel, pero también genera incertidumbre sobre su sostenibilidad. En el pasado, acuerdos similares han sido frágiles y vulnerables a rupturas.
Con la región bajo la mirada del mundo, la pregunta persiste: ¿será este alto el fuego el inicio de una estabilidad duradera o simplemente una pausa estratégica en un conflicto de larga data?