Fotografía: Se han desplegado a miles de elementos de las Fuerzas Armadas y brigadas de emergencia para atender a más de 48,000 familias afectadas y restablecer los servicios básicos.
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El centro y oriente de México enfrentan una de las peores tragedias climáticas de los últimos años. Las lluvias torrenciales, provocadas por los ciclones tropicales Raymond y Priscilla, han dejado un saldo preliminar de al menos 47 personas fallecidas, decenas de desaparecidos y miles de familias que perdieron su patrimonio en los estados de Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro, San Luis Potosí y Tamaulipas.

Ante la magnitud del desastre, el Gobierno de México ha puesto en marcha un operativo de emergencia a gran escala. Por instrucción directa de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien instaló un Comité de Emergencias permanente, se coordinan los esfuerzos de la Defensa Nacional (Sedena), la Marina (Semar), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la CFE y Protección Civil para auxiliar a la población.

Veracruz es la entidad más golpeada, con un reporte de 18 fallecidos, 6 personas no localizadas y más de 29,000 viviendas afectadas en 70 municipios. En localidades como Poza Rica, Álamo y Pánuco, las inundaciones alcanzaron niveles críticos, obligando a la evacuación masiva y al despliegue de lanchas, plantas potabilizadoras y un puente marítimo con el buque ARM Guanajuato para llevar ayuda humanitaria.

La situación es igualmente desoladora en Hidalgo, donde se contabilizan 16 decesos y 17 desaparecidos, y en Puebla, con 12 víctimas mortales y 15 personas en búsqueda. En estas regiones, más de 6,300 efectivos de las Fuerzas Armadas participan en labores de limpieza, remoción de escombros y atención en los 146 refugios temporales habilitados, que actualmente albergan a más de 5,400 personas.

Una carrera contra el tiempo para restablecer la normalidad

Mientras los equipos de rescate continúan la búsqueda de desaparecidos, las brigadas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) trabajan sin descanso para restablecer el suministro eléctrico a más de 260,000 usuarios afectados. Hasta el momento, se ha logrado un avance superior al 70% en las zonas más críticas.

Por su parte, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) atiende más de 100 interrupciones en carreteras federales, despejando derrumbes y deslaves para reabrir el paso a comunidades que quedaron incomunicadas.

La presidenta Sheinbaum anunció que visitará las zonas de desastre para supervisar personalmente las labores y aseguró que «ninguna familia estará sola». Además, se habilitó la línea de emergencia 079 para brindar asistencia y apoyar en la localización de personas. Las autoridades han intensificado las labores de sanitización para prevenir brotes de enfermedades, mientras se inicia el censo de daños que definirá la estrategia de reconstrucción.


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