El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sembrado una profunda incertidumbre sobre el futuro del comercio en Norteamérica al plantear la posibilidad de disolver el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Durante una reunión en la Casa Blanca con el primer ministro de Canadá, Mark Carney, Trump sugirió que podría reemplazar el pacto trilateral por acuerdos comerciales individuales con cada país.
En medio de una conversación sobre aranceles y seguridad regional, el mandatario estadounidense lanzó la declaración que capturó toda la atención. «¿El T-MEC? Podríamos renegociarlo y eso sería bueno, o podríamos hacer acuerdos diferentes. Si queremos, podemos llegar a acuerdos que son mejores para los países individuales», afirmó Trump ante un expectante Carney.
MÉXICO PUEDE PERDER EL #TMEC Jamieson Greer, representante de Comercio de Estados Unidos, señala que hay varios rubros del T-MEC que México no está cumpliendo.
"México no ha hecho su parte dentro del T-MEC en aspectos como energía, telecomunicaciones y agricultura", sin… pic.twitter.com/Ta3FoXc4yM— Atlus (@CLTec) October 7, 2025
La postura del republicano, expresada a menos de dos años de la revisión obligatoria del tratado en julio de 2026, funciona como un aviso de la turbulencia que podría avecinarse. «Quiero llegar al mejor acuerdo para este país», añadió, dejando claro que su prioridad es reconfigurar una relación comercial que ha calificado como «desastrosa» para los intereses estadounidenses.
El dilema canadiense y la postura firme de México
La idea de negociar de forma bilateral no es nueva. Dentro de Canadá, influyentes voces políticas han sugerido en el pasado abandonar el T-MEC para negociar directamente con Washington, argumentando que México es una fuente de inestabilidad económica regional debido a la crisis fronteriza y el narcotráfico.
El encuentro de este martes se dio en un contexto de relaciones ya fracturadas. Trump describió la relación con su vecino del norte como «la más complicada», marcada por una «rivalidad natural». Carney, por su parte, busca alivio ante los severos aranceles impuestos por EE.UU. a productos canadienses, una medida que ha golpeado la economía de un país que envía más del 75% de sus exportaciones a Estados Unidos.
En México, la reacción a este tipo de planteamientos ha sido contundente. La presidenta Claudia Sheinbaum ha defendido firmemente el tratado, asegurando que es benéfico para las tres naciones. «Vamos a estar preparados para cualquier circunstancia, pero evidentemente nosotros queremos que se mantenga el T-MEC», declaró en su momento, haciendo un llamado a mantener la «cabeza fría».
La cuenta regresiva para 2026
Mientras Trump califica de «normal» el actual conflicto comercial y afirma que se han logrado «grandes avances» con Canadá, sus palabras sobre el futuro del T-MEC funcionan como la primera ficha en el complejo tablero de la renegociación.
La visita de Carney a la Casa Blanca buscaba restaurar lazos y discutir prioridades, pero la ambigüedad calculada de Trump ha logrado el efecto contrario: profundizar la incertidumbre. Ahora, tanto México como Canadá deben prepararse para un escenario donde el pilar de su integración económica podría ser desmantelado en favor de una estrategia que amenaza con enfrentar a los socios entre sí. La cuenta regresiva para 2026 ha comenzado, y el futuro del libre comercio en Norteamérica está oficialmente en juego.

