Fotografía: Sus búsquedas iniciaron por separado en Tuxpan e Hidalgo, pero sus destinos convergieron trágicamente en un cementerio clandestino en Álamo, Veracruz.
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Sus búsquedas comenzaron en días y lugares distintos, pero terminaron de la forma más cruel en el mismo lugar: un campo de exterminio en Álamo, Veracruz. Belén Ramos Álvarez, Xóchitl Ivette Villar Barrios y Jimena Hernández Hernández son los nombres que la tierra ha devuelto desde las fosas clandestinas del rancho Santa Rosalía, un sitio desvelado por otro crimen atroz, el de la maestra Irma Hernández.

La identificación de estas tres jóvenes, confirmada por la Fiscalía General del Estado (FGE), no solo representa un avance en una investigación macabra, sino que también pone rostro a la tragedia de la desaparición en la región. Aunque un cuarto cuerpo hallado junto a ellas sigue sin nombre, sus historias unidas por la fatalidad exigen justicia y memoria.

Tres búsquedas, un mismo dolor

Belén Ramos Álvarez, 26 años. La última en ser identificada. Fue vista por última vez el 9 de julio en Tuxpan, Veracruz. Su familia la buscó durante más de dos meses hasta que las pruebas forenses confirmaron que sus restos se encontraban en el rancho de Álamo. Tenía toda una vida por delante.

Xóchitl Ivette Villar Barrios, 33 años. Desapareció el 15 de marzo, también en Tuxpan. Era una mujer emprendedora y reconocida en su comunidad por ser dueña de la barbería “Underground BarberShop”, donde no solo trabajaba, sino que también enseñaba el oficio a otros jóvenes. Su búsqueda duró más de seis meses.

Jimena Hernández Hernández, 21 años. Su rastro se perdió el 6 de abril en Huejutla de Reyes, Hidalgo, a cientos de kilómetros del lugar donde fue encontrada. Su ficha de búsqueda la describía por su cabello rojizo y múltiples tatuajes. Su familia mantuvo la esperanza hasta recibir la devastadora noticia.

El hilo conductor: el crimen de la maestra Irma

El hallazgo de este cementerio clandestino fue una consecuencia del feminicidio de la maestra jubilada y taxista Irma Hernández Cruz. Secuestrada el 18 de julio, fue localizada sin vida seis días después en el mismo predio. Antes de ser asesinada, sus captores la obligaron a grabar un video, que se hizo viral, donde confesaba que el móvil del crimen era su negativa a pagar «derecho de piso».

La investigación de este caso llevó a las autoridades al rancho Santa Rosalía. Por el crimen de la maestra ya hay cuatro personas detenidas, pero ese fue solo el inicio. Las diligencias en el terreno pronto revelaron un horror mayor: al menos cuatro cuerpos más habían sido enterrados ilegalmente allí.

Un campo de exterminio bajo investigación

Desde agosto, el rancho permanece asegurado por las autoridades. Colectivos de búsqueda y reportes de medios locales advierten que podrían existir hasta diez fosas clandestinas, lo que eleva el temor de que haya más víctimas por encontrar.

Mientras la investigación avanza con lentitud, la gobernadora Rocío Nahle García ha pedido esperar los informes oficiales de la Fiscalía, que aún no ha precisado el número total de víctimas ni ha dado detalles sobre el grupo criminal que operaba en la zona.

Por ahora, los restos de Belén, Xóchitl y Jimena han sido entregados a sus familias para que puedan darles sepultura, cerrando el doloroso ciclo de la búsqueda, pero abriendo el largo y difícil camino hacia la justicia.


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